sábado, 20 de enero de 2007

¿Es verdad que el té contiene más cafeína que el café?

Sí, el té posee mayor cantidad de cafeína, sin embargo, el café es más estimulante que el té porque éste se diluye fácilmente una vez consumido.

La cafeína fue aislada en 1820. Es el principal alcaloide de la Caffea planta típica del café y del Cacahuatl o cacao de cuyos granos se elabora el chocolate.

Con respecto al té suele haber una confusión porque en 1827, al ser aislado su principio activo, recibió el nombre de teína. Años más tarde un análisis molecular permitió descubrir que la teína era en realidad cafeína. Este alcaloide también se encuentra presente en el mate argentino y en la nuez de kola usada para preparar las bebidas de cola.

La leyenda sobre el descubrimiento del café proviene de Arabia. Kaldi el pastor observó que después de haber comido las cerezas del cafeto, sus cabras retozaban con más brío que de costumbre, parecían más activas, más contentas. Kaldi también probó los frutos de la planta e inmediatamente lo embargó la euforia, se puso a bailar y aquella noche durmió menos que de costumbre. Kaldi compartió su hallazgo con uno de sus vecinos, un ferviente seguidor del Corán. Éste obtuvo los mismos resultados y recibió de Mahoma el secreto para preparar café a partir de los granos secos de la fruta.

La leyenda sobre el origen del té proviene del Japón. Daruma, fundador del Budismo Zen, solía pasar las noches entregado al ayuno y la oración. Cierta noche no pudo resistir el sueño y cuando despertó, estaba tan molesto y decepcionado de sí mismo que se arrancó los párpados y los arrojó al suelo.

Inmediatamente brotó de ellos el arbusto de té cuyas hojas han permitido a los monjes conservar el espíritu libre para la meditación desde aquel entonces.



Leer más en www.amebasaladeriva.com (Fuente original)

lunes, 8 de enero de 2007

12 Mitos Sobre el Hambre

De: Food First--Institute for Food and Development Policy (Oakland, California, USA).

http://www.agobservatory.org/

Esta es la traducción del breve resumen preparado por Food First del libro World hunger: 12 Myths, Segunda Edición, de Frances Moore Lappé, Joseph Collins y Peter Rosset con Luis Esparza. Grove Press y Food First Books, Octubre 1998.

El hambre no es un mito,
son los mitos que nos impiden acabar con el hambre.
Por lo menos 780 millones de personas no tienen lo suficiente para comer.
Cada año el hambre mata 12 millones de niños en todo el mundo.
Porque hay tanta hambre?
Que podemos hacer acerca de esto?

Para responder estas preguntas necesitamos desaprender mucho de lo que nos ha sido enseñado.

Solamente liberándonos de la manera de concebir este problema que es ampliamente divulgada a través de mitos, podremos entender las raíces del hambre y ver que podemos hacer para terminar con ella.

Mito 1: No hay suficientes alimentos para todos.

Realidad: Abundancia, no escacez, es lo que mejor describe la disponibilidad de comida en el mundo. Suficiente trigo, arroz y otros granos son producidos para proveer a cada ser humano 3.500 calorías al día. Esto sin considerar siquiera muchos otros alimentos consumidos comunmente, como vegetales, frijoles, nueces, tubérculos, frutas, carnes o pescados. Hay suficientes alimentos disponibles para proveer por lo menos 4,3 libras de comida por persona al día en todo el mundo: dos libras y media de grano, de frijoles y nueces, alrededor de una libra de frutas y de vegetales y casi una libra de carne, leche y huevos—esto sería suficiente para engordar a casi todo el mundo! El problema es que mucha gente es muy pobre para comprar los alimentos que hay disponibles. Inclusive muchos de los "países con hambre" tienen suficiente comida para toda su población en este momento. Muchos de ellos son exportadores netos de alimentos y de otros productos agrícolas.

Mito 2: La naturaleza es culpable de la hambruna

Realidad: Es muy fácil culpar a la naturaleza. Fuerzas creadas por los seres humanos están haciendo a la gente cada vez más vulnerable a los caprichos de la naturaleza. Hay siempre comida disponible para aquellos que puedan pagarla y la hambruna, en los tiempos difíciles golpea solamente a los más pobres. Millones viven al borde del desastre en el sur de Asia, Africa y otras partes, porque fueron despojados de sus tierras por una minoria poderosa, y están atrapados permanentemente por la presión de las deudas o recibiendo salarios miserables. Los eventos naturales rara vez explican las muertes; ellos son simplemente el empujón final sobre el abismo. Instituciones y políticas, hechas por seres humanos, determinan quienes comen y quienes pasan hambre en los tiempos difíciles. Asimismo, en los Estados Unidos, muchos de los que no tienen casa mueren de frío cada invierno y a pesar de esto la responsabilidad última no la tiene el clima. Los reales culpables son una economía incapaz de ofrecer a todos oportunidades y una sociedad que coloca la eficiencia económica por encima de la compasión.

Mito 3: Hay demasiada gente

La Realidad es que las tasas de nacimiento están decreciendo rápidamente en todo el mundo. En algunas regiones del Tercer Mundo se empieza a tener una transición demográfica cuando las tasas de crecimiento caen como respuesta a una caída en las tasas de mortalidad. Aunque el rápido crecimiento de la población sigue siendo una seria preocupación en muchos países, en ninguna parte la densidad de la población explica el hambre. Por cada país densamente poblado y con problemas de hambre como Bangladesh, encontramos países como Nigeria, Brasil o Bolivia, donde abundantes recursos alimentarios coexisten con el hambre. Costa Rica, únicamente con la mitad de hectáreas de cultivo por persona de Honduras, tiene una expectativa de vida--uno de los indicadores de nutrición--once años superior a la de Honduras y muy cerca de la de los países desarrollados.

El rápido crecimiento de la población no es la causa originaria del hambre. Como el hambre misma, resulta de las desigualdades básicas que despojan a las personas, especialmente a las mujeres pobres, de oportunidades económicas y seguridad. El rápido crecimiento de la población y del hambre son endémicos a las sociedades donde la propiedad de las tierras, los trabajos, la educación, el cuidado de la salud y la seguridad de las personas de la tercera edad están fuera del alcance de la mayoría de las personas. Aquellas sociedades del Tercer Mundo con éxitos impresionantes y rápidas reducciones de la tasa de crecimiento de la población como China, Sri Lanka, Colombia, Cuba y el estado de Kerala en la India, demuestran que la vida de los pobres, especialmente de las mujeres pobres, debe mejorar antes de que pueda escoger tener menos hijos.

Mito 4: Más alimentos a costa del medio ambiente.

Realidad: Debemos estar alarmados de que la crisis del medio ambiente está disminuyendo los recursos para la producción de alimentos, pero el tener que escoger entre nuestro medio ambiente y la necesidad del mundo por alimentos no es inevitable. Los esfuerzos por alimentar a los hambrientos no están causando la crisis ambiental. Grandes corporaciones son las principales responsables de la deforestación porque crean, y se benefician de, la demanda de maderas tropicales y alimentos exóticos o fuera de estación para los consumidores de los países desarrollados. La mayoría de los pesticidas usados en el Tercer Mundo son aplicados a los cultivos de exportación, que juega un rol muy pequeño en la alimentación de los hambrientos, mientras que en los Estados Unidos estos son utilizados para darle una impecable apariencia cosmética a los productos, sin ninguna mejoría en su valor nutricional.

Existen alternativas en este momento y muchas más son posibles. El éxito de los agricultores orgánicos en los Estados Unidos, ofrece una idea de las posibilidades. El éxito reciente de Cuba al superar su crisis alimentaria a través de autoabastecimiento y de una agricultura sostenible y casi totalmente libre de pesticidas, es otro buen ejemplo. Realmente, alternativas agrícolas ecologicamente sustentables pueden ser más productivas que las que destruyen el medio ambiente.

Mito 5: La Revolución Verde es la respuesta

Realidad: Los avances productivos de la Revolución Verde no son un mito. Gracias a las semillas mejoradas, muchos más millones de toneladas de granos están siendo cosechadas por año. Pero enfocándose solamente en el incremento de la producción no puede aliviar el hambre porque falla en la alteración de la apretada concetración de la distribución del poder económico que determina quienes pueden comprar los alimentos adicionales. Es por esto que en varios de los países en que los que ha tenido mayores éxitos la Revolución Verde--India, México y las Filipinas--la producción de granos y en algunos casos las exportaciones han aumentado, mientras que el hambre ha persistido y la capacidad productiva de los suelos a largo plazo se ha degradado. Ahora debemos combatir las amenazas de una "Nueva Revolución Verde" basada en la biotecnología, la cual amenaza con acentuar mucho más las desigualdades.

Mito 6: Las fincas mas grandes son las mas eficientes.

Realidad: Grandes propietarios que controlan gran parte de las mejores tierras con frecuencia dejan muchas de ellas improductivas. Sistemas injustos de producción, dejan las tierras agrícolas en manos de los productores más ineficientes. En contraste, pequeños agricultores normalmente obtienen entre cuatro y cinco veces más rendimiento por hectárea, en parte porque trabajan sus tierras en una forma más intensiva y emplean sistemas productivos integrados, y con frecuencia más sostenibles. Sin una posesión segura, muchos millones de campesinos en el Tercer Mundo tienen poco incentivo para invertir en mejorar las tierras, hacer rotación de cultivos, o dejar tierras en descanso para favorecer la fertilidad a largo plazo. El futuro de la produccción alimentaria no está amenazado. Por otro lado, la redistribución de tierras puede favorecer la producción. Reformas agrarias integrales han incrementado notablemente la producción en países tan diversos como Japón, Zimbabwe y Taiwan. Un estudio del Banco Mundial del nordeste del Brasil, estima que redistribuyendo las tierras en pequeñas parcelas se incrementaría la producción hasta en un sorprendente 80 por ciento.

Mito 7: El libre mercado puede terminar con el hambre

Realidad: Desafortunadamente, la fórmula: "el mercado es bueno, el gobierno es malo" nunca puede ayudar a dirigir los esfuerzos hacia las causas del hambre. Esta posición dogmática nos lleva a pensar equivocadamente que una sociedad puede optar por uno o por otro, cuando de hecho toda economía en el mundo combina el mecado y el gobierno en la designación de recursos y distribución de bienes. De todas maneras, las eficiencias maravillosas del mercado solamente pueden trabajar para eliminar el hambre, cuando el poder de compra esté ampliamente repartido. Entonces todos aquellos que creen en la inutilidad del mercado y en la necesidad de terminar con el hambre deben concentrarse en la promoción no en el mercado, sino en los consumidores! En esta tarea, el gobierno tiene un rol muy importante contrarrestando la tendencia hacia la concentración económica, a través de impuestos reales, créditos y reformas agrarias para distribuir el poder de compra hacia los pobres. Las recientes tendencias hacia la privatización y desregulación no son definitivamente la respuesta.

Mito 8: El comercio libre es la respuesta

Realidad: La fórmula de promoción del comericio ha probado ser uno de los peores fracasos para aliviar el hambre. En casi todos países del Tercer Mundo las exportaciones se han incrementado mientras que el hambre continua e inclusive ha empeorado. Mientras que las exportaciones de soya se han incrementado en Brasil--para alimentar el ganado Japonés y Europeo--el hambre se ha ampliado de un tercio a dos tercios de la población. En donde la mayoría de la población ha sido empobrecida tanto que no pueden comprar los alimentos producidos en las tierras de su propio país, aquellos que controlan los recursos productivos, orientan su producción a los mercados más lucrativos en el exterior. La producción de cultivos de exportación ocupa el lugar de la producción de alimentos básicos. Las políticas en favor del comercio como NAFTA y GATT pone a competir a las clases trabajadoras de diferentes países unos contra otros, en condiciones desfavorables, donde las bases de competencia son quien trabajará por menos pago, sin un cubrimiento adecuado de salud o sin un mínimo de condiciones ambientales. México y los Estados Unidos son un ejemplo relevante: desde que empezó el TLC se ha tenido una pérdida neta de 250,000 trabajos en USA, mientras en México se han perdido 2 millones de empleos y el hambre está aumentando en los dos países.

Mito 9: Demasiado hambrientos para poder luchar por sus derechos

Realidad: Bombardeados por imagenes de personas pobres, muy débiles y pasando hambre, hemos perdido de vista lo obvio: para aquellos con pequeños recursos la simple supervivencia requiere de un esfuerzo tremendo. Si los pobres fueran verdaderamente pasivos, muy pocos de ellos podrían sobrevivir. Alrededor del mundo, desde los Zapatistas en Chiapas, México, hasta el movimiento de los agricultores en India, en cualquier parte donde la gente esta sufriendo innecesariamente, se encuentran movimientos que quieren cambiar las cosas. Los pueblos se alimentarán por si mismos, si se les permite hacerlo. No es nuestro trabajo arreglar las cosas para los otros. Nuestra responsabilidad es remover los obstáculos de su camino, obstáculos creados con frecuencia por grandes corporaciones y las políticas de Estados Unidos, el Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Mito 10: Más ayuda de los EEUU ayudará contra el hambre

Realidad: Casi todas las ayudas de los EEUU trabajan empeorando el hambre. La ayuda extranjera únicamente puede reforzar, y no cambiar, el "statu quo". Donde los gobiernos responden únicamente a las élites, la ayuda de EEUU no solo falla en alcanzar a las personas con hambre, también soporta las propias fuerzas que están trabajando en contra de ellos. Nuestra ayuda es usada para imponer libre intercambio y libres políticas de mercado, para promover los exportaciones a expensas de la producción de alimentos y para proveer armamentos que los gobiernos represivos usan para permanecer en el poder. Inclusive la ayuda de emergencia, o humanitaria, que alcanza solamente el 5 por ciento del total, con frecuencia termina enriqueciendo a las compañías estadounidenses de granos mientras fracasa en llegar a aquellos con hambre y puede disminuir peligrosamente la producción local de alimentos en el país que la recibe. Sería mejor utilizar el presupuesto de ayuda internacional de EEUU para aliviar incondicionalmente la deuda, ya que es el peso de la deuda externa lo que está forzando a muchos países del Tercer Mundo a hacer recortes en los servicios básicos de salud, educación y programas de lucha contra la pobreza.

Mito 11: Nosotros nos beneficiamos de su pobreza

Realidad: La más grande amenaza al bienestar de la gran mayoría de Estadounidenses no es el avance del hambre pero si el continuo despojo de los hambrientos. Los bajos salarios--tanto en los otros países como en EEUU--pueden significar bananos, camisetas, computadores y comidas rápidas más baratas para muchos estadounidenses, pero de otra forma en EEUU se paga un precio muy alto por el hambre y la pobreza. La pobreza impuesta en el Tercer Mundo amenaza los trabajos, salarios, y las condiciones de trabajo en EEUU ya que las corporaciones buscan mano de obra mas barata en el exterior. En una conomía global, lo que los trabajadores estadounidenses han conseguido en empleo, niveles salariales, y en sus condiciones de trabajo, pueden ser protegidos únicamente cuando las clases traajadoras en cada país son liberadas de la desesperación económica.

En los EEUU, políticas como la reforma al sistema de beneficiencia lanzó más gente al mercado de la que éste puede absorver--a los niveles mínimos de la escala salarial en el caso de los trabajos de servicio público requerido a los beneficiarios del sistema--lo cual ejerce presión en los salarios de aquellos que se encuentran en los rangos altos de la escala de empleos. Los crecientes números de "trabajadores pobres" son aquellos que tienen trabajos con salarios bajos de medio tiempo o tiempo completo y sin embargo no tienen con que adquirir una adecuada alimentación o habitación para sus familias. Educándonos acerca de los intereses comunes que muchos estadounidenses comparten con los pobres del Tercer Mundo y en los EEUU, nos permite ser compasivos sin caer en la lástima. Trabajando para despejar el camino por el que los pobres puedan liberarse ellos mismos de la opresión económica, nos libera también a nosotros.

Mito 12: Restringir la libertad para acabar con el hambre?

Realidad: No hay razón teórica o práctica para que la libertad, asumida para significar libertades civiles, sea incompatible con terminar con el hambre. Examinando el mundo, no vemos correlación entre el hambre y las libertades civiles. Sin embargo, una estrecha definición de libertad--el derecho a la acumulación ilimitada de propiedad productora de riqueza y el derecho a utilizar esa propiedad de la cualquier manera que a uno le parezca--está en conflicto fundamental con la tarea de acabar con el hambre. En contraste, una definición de libertad más consistente con la visíon fundante de la nacionalidad estadounidense sostiene que la seguridad económica para todos es la garantía de la libertad para todos sus ciudadanos. Esta comprensión de la libertad es esencial para acabar con el hambre.

Traducción:
María Isabel Gutiérrez.
Alfredo José Parra.
IMCA, Buga, Colombia.

Food First/Institute for Food and Development Policy
398 60th Street
Oakland, CA 94618 USA
foodfirst@foodfirst.org
www.foodfirst.org

Dos dermatólogos catalanes desmontan en un libro los falsos mitos sobre el cabello y la piel

Dos dermatólogos catalanes desmontan en un libro los falsos mitos sobre el cabello y la piel
"Salvem la pell" desmitifica "creencias populares" como que fumar produce arrugas

07/01/2007 | La Vanguardia
Barcelona. (EFE).- Ni fumar provoca más arrugas, ni los cosméticos dañan la piel, ni la calvicie común tiene solución, afirman los dermatólogos Francesc y Ramon Grimalt en el libro "Salvem la pell" (Salvemos la piel), en el que desmienten los falsos mitos socialmente extendidos que existen sobre la salud del cabello y la piel.

Con un estilo divulgativo y lleno de ironía y sentido del humor, los autores, padre e hijo, abordan en esta obra aquellos problemas que más afectan y preocupan a los ciudadanos sobre dermatología, teniendo en cuenta que la piel es uno de los pocos órganos que, "por más que se vista, siempre se ve".

Ramon Grimalt -hijo- ha explicado a Efe que la obra "no pretende ser un manual de medicina", sino un libro con el que, entreteniendo, se haga pasar un buen rato al lector y se transmitan unos conocimientos sobre dermatología que "tendrían que ser generales".

"Salvem la pell" (La Campana), pues, se divide en diferentes apartados en los que los dos prestigiosos especialistas aconsejan a los usuarios, analizan algunos casos clínicos con los que los lectores se pueden sentir identificados y desmitifican "creencias populares" que han pervivido a lo largo de los años, pese a ser falsas.

Uno de estos "falsos mitos" es el que asegura que comer chocolate provoca granos en la piel, algo "totalmente falso", pues las grasas de la alimentación "se concentran en el culo y en la barriga, pero no cambian el tipo de piel".

"Una persona obesa puede tener la piel seca y en cambio alguien muy delgado puede tener la piel grasa. La grasa de la piel depende de las hormonas, no de la alimentación", ha recordado Grimalt.

Por el momento, ha añadido el dermatólogo, tampoco ha habido ninguna universidad que haya demostrado que el uso de cosméticos envejezca la piel, un proceso que depende única y exclusivamente de factores genéticos y de la exposición al sol.

Como prueba irrefutable de ello, Grimalt invita a pensar por qué a menudo el trasero de la gente mayor presenta un aspecto más firme y fino que otras zonas del cuerpo como la cara o el cuello. La clave, afirma el experto, hay que buscarla en la exposición que una y otra parte hayan tenido al sol. Y lo que por el momento no tiene remedio, por muchos métodos naturales, novedosos o milagrosos que se apliquen, es la calvicie común, ese incesante goteo de caída del cabello que tanto angustia a muchos hombres, algunos muy jóvenes, que son capaces de pagar altas cantidades de dinero para evitarlo.

Grimal, sin embargo, advierte que éste es un proceso natural "inevitable" y que los nuevos métodos que publicitan cada vez más centros de tratamiento capilar, y que pueden superar los 3.000 euros, "no sirven absolutamente para nada". "Lo que da más rabia es que los clientes, pese a pagar grandes cantidades de dinero que reportan enormes beneficios a las empresas, tienen la sensación de que les ha ido bien y tienen más pelo", indica Grimalt, que asegura que, como este ejemplo muestra, en la dermatología tiene una gran importancia el aspecto emocional.

De hecho, en el 60 por ciento de las consultas que hacen los dermatólogos se observa algún tipo de alteración en el estado de ánimo de la persona, lo que evidencia que cada vez adquiere más importancia la "psicodermatología", es decir, la relación entre la piel y el estado anímico del paciente. "Salvem la pell" también ofrece consejos e información útil sobre aspectos relacionados con el cuidado de la piel, entre ellos cómo distinguir las pecas sospechosas, cómo utilizar correctamente las cremas de protección solar, cómo evitar las alergias o cuáles son los mejores remedios para tratar el molesto olor de pies.

Francesc Grimalt es profesor jubilado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB), centro en el que actualmente ejerce la docencia su hijo, Ramon Grimalt, que además es presidente de la Sociedad Europea de Dermatología Pediátrica.

Los diez mitos médicos más populares desterrados por los investigadores

La saliva como desinfectante, chupar el veneno cuando muerde una serpiente, tomar antibióticos si hay una gripe; son sólo falsas creencias que circulan entre los pacientes. Según los especialistas, una forma de contrarrestar los malentendidos es brindando información para aprender a cuidarse mejor.

mnisebe@claringlobal.com.ar

Los mitos médicos son muy comunes. A veces, lo que las personas creen que saben sobre una enfermedad o su tratamiento puede tener un importante impacto en la forma en que la controlan, e incluso pueden dañar su salud. Y cuando los mitos médicos comienzan a interferir con un control adecuado, es momento de reconciliarse con la realidad, explican los especialistas. Una forma de contrarrestar los malentendidos es brindándole a la gente información precisa y educación para ayudarles a cuidarse adecuadamente. Los investigadores médicos han tratado de explicar o desterrar ciertas creencias que circulan en la "medicina popular".

Uno de estos mitos se refiere a que "la saliva es un buen desinfectante". Y esta falsa idea tiene una base fundamental en la imitación animal. La saliva está compuesta en un 95% de su volumen por agua, el 5% restante lo integran sales minerales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos. Recientemente se han identificado también sustancias como la lisozima, que rompe las paredes celulares de las bacterias contenidas en los alimentos, protegiendo en parte a los dientes de las caries y de las infecciones. Sin embargo, su poder bactericida es muy bajo y lo más probable es que la aplicación de saliva en las heridas favorezca el transporte de gérmenes más agresivos que aumenten el riesgo de infección de las mismas. Entre las creencias más "simpáticas" figura la que afirma que " cortar el pelo hace que crezca más rápido y fuerte ".

Bueno, parece ser, según los que saben , que cortarlo solamente lo hace más corto y crece casi exactamente un centímetro por mes, "no importa qué haces o tomas". Además, el cabello es más grueso en la base que en el extremo y por ello cuando lo cortamos da la sensación que sale más fuerte.

Otra creencia muy difundida es que "la inyección es el tratamiento más rápido". En realidad, cada medicación tiene su vía específica de administración en el organismo. Muchos pacientes frecuentemente piden inyecciones. Al respecto, explica la doctora Beena Kamath , "La mayoría del tiempo, las inyecciones no son necesarias, y más, pueden ser peligrosas (causar una infección por la piel). Siempre hay medicina efectiva en forma de tabletas o jarabes que son más baratas y más seguras". Respecto a las enfermedades, está muy arraigada la idea de que el " Asma es psicológica". Al respecto, explican los especialistas, "el factor psicológico juega un papel importante en todas las enfermedades crónicas, desencadenando o exacerbando las afecciones.

Esto no significa que el Asma sea una enfermedad psicológica pura, ya que necesita un terreno alérgico o no, que permita que el factor psicógeno entre otros, posibilite la aparición de las crisis".

Otro error muy común es creer que "para la gripe y los resfríos, lo mejor es el antibiótico".

Precisamente porque la gripe y el resfrío es una enfermedad viral , no tiene sentido la insistencia de muchos pacientes en recibir antibióticos: los antibióticos no matan los virus, sino que, como la propia etimología de la palabra indica, 'matan bacterias'.También está muy arraigado popularmente que "l as corrientes de aire producen los resfríos". En realidad, explican los especialistas, " nadie se resfría por no llevar una chaqueta o un suéter cuando está fresco, por sentarse o quedarse dormido en un lugar con corriente de aire, o por salir con el pelo mojado". Lo que sucede es que el frío baja nuestras defensas y los virus se aprovechan de eso. Pero si no hay virus (existen más de 100 tipos de rinovirus), no hay resfrío.

Incluso desde el embarazo ya surgen mitos. Como el que afirma que si el vientre de la futura mamá está bajo, es un niño, y si está alto, una niña. O que si la panza está en punta es varón y si es redonda es mujer; simplemente no es verdad. La forma y altura del vientre están determinadas por el tono muscular y uterino y por la posición del bebé. Y una vez que nació el bebé, otra creencia, que hay que "tomar con pinzas". Es la que dice que amamantar es el mejor anticonceptivo.

Lo cierto es que el Método de la Lactancia (MELA), como se lo llama, sólo es válido, explica la Guía para el uso de métodos anticonceptivos del Ministerio de Salud de la Nación sí y sólo sí la lactancia es exclusiva y la madre amamanta fre-cuen-temen-te, tanto de día como de noche (no deben transcurrir más de seis horas entre mamada y mamada); si no se han reiniciado los períodos menstruales y si el bebé es menor de 6 meses de edad. Las estadísticas indican que en los primeros 6 meses después del parto, su eficacia es del 98%. Pero, si no se respeta al pie de la letra los puntos anteriores, no se aceptan quejas.

Y quien no escuchó que "si uno se atraganta lo mejor es la miga de pan" . El atragantamiento, que se produce cuando un trozo de alimento o un cuerpo extraño se quedan atorados en la garganta o en la vía aérea, provoca cerca de 3.000 muertes al año, explica la NewYork-Presbyterian Hospital.

En estos casos, la técnica de primeros auxilios recomendada es La Maniobra de Heimlich (ver técnica), que consiste en una serie de empujones en el abdomen, por debajo del diafragma. Este es el único método recomendado en la actualidad por la Cruz Roja Americana para despejar la vía aérea bloqueada en los adultos. En el caso de niños muy pequeños , una opción sería colocarlos boca abajo en nuestro antebrazo, aplicando con la otra mano unos golpes bruscos entre los omóplatos. Maniobras como deglutir migas de pan es, en muchos casos, contraproducente afirman los especialistas.

Por último, una técnica clásica de primeros auxilios, pero que actualmente los médicos dicen que es inútil e incluso peligrosa es " c hupar el veneno de una mordedura de serpiente" . Estas anticuadas actuaciones "hacen más mal que bien al retrasar el urgente cuidado médico, contaminando la herida y dañando los nervios y los vasos sanguíneos", comenta Robert Barish, un médico de emergencias de la Universidad de Maryland. La víctima no debería sufrir ningún daño y ser transportado al centro médico más cercano, tan pronto como sea posible. Queda claro que no todo lo que se cree es cierto, por eso, lo mejor, siempre es consultar con el médico.

Mitos y falsas creencias sobre la alimentación

abc.es
- No importa cuánto comamos, lo importante es no mezclar hidratos y proteínas, suele afirmarse en las «dietas disociadas». Sin embargo carece de fundamento científico ya que nuestro cuerpo se encuentra dotado de enzimas capaces de digerir los alimentos juntos o separados. Algunas personas pierden peso con estas dietas porque la alimentación se torna monótona y comen menos.
- Para perder peso lo mejor es evitar los hidratos (pan, cereales, azúcar, legumbres y pastas). Los hidratos de carbono son nuestra principal fuente energética (deben aportar el 55 por ciento del total de las calorías) y por otro lado aportan sólo 4 kcal/g, a diferencia de las grasas (9 kcal/g). Una dieta restrictiva en hidratos será rica en proteínas y grasas, lo que favorece el colesterol y ácido úrico.
- Los productos «light» son bajos en calorías. Un producto «light» es aquel al que se le ha reducido o eliminado alguno de sus componentes. No significa necesariamente que tenga pocas calorías.
- Beber zumo de naranjas, pomelo o limón por las mañanas quema las grasas. Ningún alimento tiene esa función. Es muy saludable acompañar el desayuno con frutas por su aporte vitamínico.
- Saltarse comidas ayuda a adelgazar. En realidad puede desencadenar una mayor ingestión de alimentos en la siguiente. Y el cuerpo compensa la pérdida de energía ralentizando el metabolismo.
- Las dietas ricas en proteínas ayudan a adelgazar. Son fundamentales en una dieta equilibrada pero no adelgazan y deben ser consumidas con moderación (15 a 20 por ciento del total de la dieta), ya que su exceso no tiene ventajas y suelen ir acompañadas de abundantes grasas de origen animal.
- El aceite de oliva no engorda. Todos los aceites vegetales tienen las mismas calorías, 9 Kcal./g. Debemos consumirlos con moderación. El aceite de oliva tiene más efectos beneficiosos para la salud.
Sociedad Española de Nutrición Básica y Aplicada (www.senba.es)